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WARRIORS 99 - ROCKETS 98 (2-0)

Curry y los Warriors sufren ante Harden pero dominan 2-0

El MVP volvió a ser decisivo con sus 33 puntos. El escolta de los Rockets estuvo soberbio (38-10-9), pero desperdició la última posesión para ganar. La serie viaja a Houston.

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Stephen Curry y Klay Thompson le roban el balon a James Harden durante la última posesión.
Stephen Curry y Klay Thompson le roban el balon a James Harden durante la última posesión.EZRA SHAWAFP
NBA

Los Warriors sufrieron para poner el 2-0 en la final de la Conferencia Oeste ante unos Rockets que no se dieron por vencidos pese a llegar ir 17 abajo y que contaron con un extraordinario James Harden (38-10-9, quedándose a una sola asistencia) y un Dwight Howard que sí pudo jugar pese a los problemas que arrastra en la rodilla izquierda. Pero Harden no pudo certificar su partidazo con la canasta ganadora. Se quedó con la miel en los labios. Con 99-98 (a la postre definitivo) en el marcador, el escolta capturó el rebote en defensa tras un fallo a aro pasado de Barnes. Faltaban 7 segundos para la conclusión y la Barba puso la directa hacia el aro de Golden State. Optó por no solicitar un tiempo muerto cuando los texanos no los habían agotado. Le dio el balón a Howard y este se le devolció de inmediato. Buscó la penetración, pero se encontró con el mortal 2+1 de Stephen Curry y Klay Thompson. El partido murió ahí, con la pérdida (su segunda en toda la noche) del ex de los Thunder. Una imagen que realza la figura de los Splash Brothers y deja ver las diferencias entre ambas franquicias: los Rockets son un equipo que depende de su líder, mientras que los Warriors son un EQUIPO en mayúsculas.

Stephen es buenísimo, un jugador de otro planeta (por algo es el MVP). Pero la dependencia de los californianos respecto a él no es tan grande. En Houston, Harden y Howard son tres cuartas partes de los Rockets. Los números lo corroboran: entre ambos sumaron 57 de los 98 tantos de su equipo con 21/32 en el lanzamiento. ¿El resto de sus compañeros? 41 puntos con un 18/52. Como decía el famoso anuncio televisivo: el algodón no engaña. No obstante, apenas estaríamos hablando de este tipo de detalles si Houston hubiese hecho buena la última posesión. “Es frustrante tirar el partido así”, comentó el zurdo, quien no pudo disimular su cabreo camino del vestuario.

Mientras tanto, Curry representaba la otra cara de la moneda. Era el hombre feliz. Pese a sus 6 pérdidas, volvió a resultar determinante en la victoria de los suyos al firmar 33 puntos, 3 rebotes y otros 6 pases de canasta. Además, volvió a inscribir su nombre en los libros de historia. En lo que llevamos de Playoffs acumula ya seis encuentros convirtiendo al menos cinco triples. Nunca antes, ni siquiera Ray Allen, lo había logrado. Tiene pinta de que su estratosférico curso desemboca en el anillo.

El partido arrancó con los locales marcando el ritmo y desarbolando la defensa (horrible en el primer cuarto) de los de Kevin McHale. Cada penetración causaba estragos y un desorden en la zona texana que, lo que aún es peor, dejaba a Curry solo abierto en la línea de tres puntos. Un jugador de su dimensión no suele perdonar este tipo de regalos, así que clavó cuatro triples para un total de 15 puntos en los doce primeros minutos (36-28). Los de la Bahía amenazaban con romper el partido y de hecho lo hicieron a comienzos del segundo periodo. La segunda unidad de Steve Kerr no aflojaba y un triple de Barnes ponía el 49-32 cuando faltaban casi 8 minutos para llegar al descanso. Pero entonces, la ‘doble H’ de Houston acudió al rescate para dejar todo por decidir de cara a la segunda mitad (55-55). Era un duelo de estilos, al intermedio Golden State había conseguido en 21 de sus 23 canastas repartir una asistencia. No es un dato menor.

Tras la reanudación, los visitantes continuaron desplegando su mejor baloncesto y con un triple de Ariza (lejos de su versión del Game 1) se pusieron con un +6 (59-65) que completaba un parcial de 10-33 a su favor. Partido igualado, en el que se fueron sucediendo los zarpazos a la par que Bogut y Howard (a la sombra de Harden sí, pero grandísimos Playoffs de Dwight: sin estar al 100% sigue siendo uno de los interiores más dominantes de la Liga) protagonizaban una bonita batalla en la zona. Ya en el último cuarto, los Warriors tomaron la delantera aunque los cohetes se mantenían a una distancia prudente. Pero de repente apareció el chef Curry (el jefe Curry) para con dos sensacionales lanzamientos y una asistencia a Bogut poner a su equipo con 98-90 y menos de dos minutos por disputarse. Entonces Harden tomó de nuevo las riendas y aprovechando que en el penúltimo ataque Golden State fue incapaz de cruzar el campo en menos de 8 segundos, llegó a disponer de ese último balón. “Sabíamos que seguramente no pasaría, así que llegados a ese punto se trataba de no dejarle lanzar y de que se convirtiera en el héroe”, explicó Steph sobre esa última defensa.

Final feliz para unos Warriors que siguen haciéndose fuertes en el fortín del Oracle Arena (45-3 es el balance hasta el momento) y se colocan con un 6-0 ante Houston este curso. La última vez en la que los texanos derrotaron a la Dub Nation fue el 13 de diciembre de 2013. Pero pese a ello, McHale anuncia pelea. “No vamos a ir ningún sitio, Seguiremos de pie, resistiendo”, adelantó el técnico. No hace falta recordar que llegaron a ir 3-1 abajo ante los Clippers.