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RICKY RUBIO

“Al final de la temporada decidiré si ir a los Juegos”

Con alguna actuación prodigiosa como ante los Knicks, el pasado día 17, Ricky Rubio dirige desde el puente de mando a unos jóvenes Minnesota Timberwolves en plena batalla por los playoffs del Oeste. En Minneapolis, Ricky recibió a AS para debatir presente y futuro.

Estados UnidosActualizado a
Ricky Rubio.
AFP

Tuvo un fulgurante arranque de temporada con aquel tiro ganador inicial en la pista de los Lakers, y después no es que se haya difuminado, pero la sensación es que nada está siendo fácil. ¿Cómo se encuentra ahora, cómo se encuentran sus Timberwolves?

—Es que, efectivamente... no es fácil: no lo ha sido desde el inicio de la temporada, con el proceso que se abrió y todos vivimos a raíz de la muerte (el 25 de octubre pasado) de nuestro jefe y entrenador, Flip Saunders. Cogió el equipo, como sabéis, Sam Mitchell,­ que empezaba como ayudante. Para él también fue duro, como para todos nosotros. Pero aquí estamos, siguiendo la experiencia de cada día.

—Y usted hizo durante el verano un fuerte plan físico y de mejora de tiro, renunció por ello al Eurobasket. Y ahora...

—También fue duro y lo sigue siendo. Hubo la recompensa de encontrarme cada día mejor. Se trataba de trabajar sobre el tobillo, el ritmo de juego y el tiro, con Mike Penberthy y otros especialistas. He ido mejorando en todo eso de una u otra forma, aunque ese ritmo, confianza y experiencia se adquieren partido a partido.

—En vista de todo lo que va sucediendo y ya que ahora se hallan técnicamente a una sola victoria de la zona de playoffs­ del Oeste, ¿cuál es el planteamiento?

—Este es un equipo joven, como ha venido siendo durante todos los últimos años, y, por ello mismo, con futuro y una gran capacidad de progresión. Diría que en según qué partidos mejoramos día a día. Es la adaptación al equipo y su sistema de jugadores como Towns o Wiggins, que cada día van mejor. Trabajamos todos juntos y ahora se trata de que ese proceso sea constante. Será difícil de conseguir, pero vamos a luchar hasta el final por un puesto en los playoffs. Vamos ganando siempre cerca del 50% de partidos.

—Y su actual papel dentro del equipo, personalmente...

(Este 17 de diciembre, ante los Knicks y en el Madison Square Garden, Ricky rozó el ‘cuádruple doble’: nueve puntos, 12 asistencias, 10 rebotes y ocho robos, insólito en la NBA desde Alvin Robertson en 1988. Ricky promedia 32,2% en tiros de campo y va quinto de la Liga en asistencias: 8,9 de media).

—Para lo que me trajeron y me tienen aquí es para dirigir el ataque. Unas veces sale mejor. Otras, no tan bien. Con victorias tan apretadas como la que tuvimos ante los Lakers, en prórroga, se coge más confianza. Se buscan cada noche el triunfo y la experiencia.

—Habla de los Lakers. En esa noche del triunfo ante ellos en el Target Center (123-122, el pasado día 9) despidieron a Kobe Bryant, frente al que usted sufrió aquella dura lesión de rodilla que le impidió ser olímpico... en 2012.

—Él, Kobe, no tuvo nada que ver en esa lesión de 2012. Fue totalmente fortuito que estuviera en la jugada. Pero verle jugar y compartir pista con él ha sido un placer, todos estos años, desde que me crucé por primera vez con él, en la final olímpica de 2008. Entonces, no me lo creía... estar allí, en Pekín, en la final, con Kobe Bryant­ y todos los otros de EE UU enfrente de mí. Después, casi les ganamos. Y siempre nos ha sido durísimo jugar contra él y contra sus Lakers. La ética de trabajo de Kobe y ese deseo de querer ganar cada día le han hecho ser una parte de la historia de este deporte.

—A cambio, llegan jugadores como esos a los que se refería antes: Towns, Wiggins...

—Son jóvenes que llegan con gran calidad. El potencial es estupendo. Es un proceso donde ellos se van adaptando a la Liga, y nosotros les vamos conociendo mejor. Irán en progresión... y todos esperamos que con ellos, el equipo sea cada vez mejor.

—Por aquella lesión ante Kobe se perdió la final olímpica de 2012, la segunda final seguida ante EE UU, que era la revancha de Pekín 2008. Y se quedó sin Eurobasket. ¿Le esperamos ahora en los Juegos de Río de Janeiro?

—También fue duro quedarme fuera del Eurobasket. Fue una decisión por mi futuro. Lo seguí y me alegré mucho por el triunfo y los compañeros. Fue emotivo. No estar era algo duro. Volver a los Juegos Olímpicos es una ilusión. Decidiré cuando termine la temporada, que es larga. Iré si estoy bien físicamente: eso es lo primero.