Kobe Bryant jugó su primer partido en la NBA el 3 de noviembre de 1996. Fue en el viejo Forum: Lakers 91-Timberwolves 85. Desde el banquillo, saltó a pista seis minutos y no anotó. Todavía quedaban tres años para que (1999) los Lakers pasaran a jugar en el Staples Center, donde Kobe ha ganado cinco anillos en veinte años con la misma camiseta (lo nunca visto) y donde el próximo miércoles, 13 de abril, jugará su último partido como jugador de baloncesto profesional. Será (04:30, hora española) contra Utah Jazz y después de despedirse en su última gira con el equipo, de Nueva Orleans, Houston y Oklahoma City.

Ese 13 de abril y ese Lakers-Jazz están marcados en el calendario de todos los seguidores de los Lakers y en Los Angeles la expectación es sencillamente descomunal. El propio Kobe, en un guiño a su cacareada dureza de carácter, ha asegurado que no sabe cómo se sentirá y que puede que rompa a llorar de forma desconsolada aunque no lo ve “muy probable”. Mientras, aficionados de la franquicia y amantes del baloncesto en general quieren vivir in situ una cita histórica. De este modo, ese partido será uno de los más lucrativos de todos los tiempos y un negocio redondo para un equipo en el peor momento de su historia (62 derrotas por ahora, ya tope de la franquicia).

El merchandising también pretende alcanzar cifras de récord y, por ejemplo, AEG ha anunciado que venderá ese día una edición limitada y muy especial de gorras hechas de cuero y oro de 18 quilates con el número 24 de Kobe. El que quiera ese capricho también sabe ya su precio: 38.024 dólares.

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El asunto de las entradas para el partido es, claro, mucho peor. A través de Stubhub se pueden recomprar algunas de las mejores localidades de todo el Staples. A razón, eso sí y si se quiere estar casi en contacto con los jugadores, de casi 15.000 dólares. Para comprar a través de la reventa oficial las localidades de los socios que las ponen a la venta, estas no bajan de los 630 dólares en las peores zonas del pabellón. Es casi imposible conseguir, sea la vía que sea, entradas por debajo de ese precio y pensando siempre en alejarse de las mejores zonas para ver el partido... y no tener demasiado lejos a Kobe. De hecho esas entradas en los asientos más elevados se van en gran parte por encima de los 700 dólares.

¿Y qué hay de las zonas nobles, no en primera fila pero sí muy cerca de la pista? Obviamente prohibitivas y nunca por debajo de 3.449 dólares.

Por eso sorprende, aunque él es así, que haya decidido regalar localidades para un partido tan significativo Metta World Peace. El jugador antes conocido como Ron Artest sortea entradas a cambio de simples mensajes en su página web personal. Así que los que quieran ver a Bryant bien harían en, como mínimo, intentarlo...