Sarunas Jasikevicius, mítico exjugador de Barcelona, Panathinaikos y Maccabi (entre otros) y actual entrenador del Zalgiris Kaunas, ha entrado de lleno en el conflicto del baloncesto europeo a pesar de que la federación lituana se ha posicionado del lado de la FIBA, para intentar evitar sanciones a su selección, e incluso ha anunciado (como Rusia) castigos para los equipos que decidan jugar la Eurocopa declinando la participación en Basketball Champions League que va a organizar FIBA.

Jasikevicius cree que jugar esta nueva competición sería dar un serio paso atrás: “La FIBA ha tenido tiempo en los últimos años para mejorar las cosas en el baloncesto, pero no lo ha hecho. Las cosas empezaron a ir mejor gracias a la Euroliga. ¿Cómo puede la FIBA hablar ahora de principios deportivos cuando venden wildcards de las peores formas posibles? Me gustaría que gente importante como Arvydas Sabonis, Dejan Bodiroga o Andrei Kirilenko se expresaran con más claridad sobre todo esto. Porque pasar a jugar un torno organizado por la FIBA sería como volver atrás 20 años en el tiempo”.

El Partizán y el AEK dicen que no aceptarán chantajes

La mayoría de federaciones se han posicionado del lado de la FIBA a medida que crecía la sombra de las sanciones, pero los clubes a los que coge de lleno el problema (los que no tienen plaza asegurada en Euroliga y se han comprometido con la Eurocopa) no están dando por ahora señales de que puedan cambiar de dirección. En Serbia, el director deportivo del Partizán, Dragan Todoric, ha confirmado que su club jugará la Eurocopa si recibe una invitación para hacerlo: “No nos importa que nos pueda sancionar nuestra Federación, la FIBA no tiene potestad legal para chantajear a los equipos y amenazar con suspensiones”.

En Grecia, el AEK está en el punto de mira por su compromiso con la Eurocopa y después de que la federación nacional anunciara claramente que tomaría todas las medidas necesarias para salvaguardar los intereses de la selección en los torneos FIBA. Sin embargo, el AEK asume que será sancionado y seguramente apartado de las competiciones domésticas pero deja claro que se mantiene firme en su intención de jugar la Eurocopa. De hecho, el dueño Makis Aggelopoulos ha acudido a los últimos entrenamientos del equipo a modo de apoyo simbólico y de firmeza ante la situación que seguramente se avecina. Y es que la gran crisis del baloncesto europeo no tiene, por ahora, visos de solucionarse a corto plazo.