Más de 72.000 personas (y otros tantos millones por televisión) asistieron en directo al final del Gran Baile (Great Dance) que, al contrario de como sucede en las películas, no tuvo un final feliz para Kentucky. Tras arrasar durante la temporada como si fueran un ciclón y llegar invictos a la Final Four de Indianápolis, los Wildcats de Calipari dijeron adiós en semifinales a su sueño de lograr la primer temporada perfecta en la NCAA desde que Indiana lo hiciera en 1976. Otro año tendrá que ser, Wisconsin no dio su brazo a torcer en ningún momento y no le tembló el pulso para decidir desde la línea de personal la semifinal. El 71-64 con el que se cerró el marcador dejó helada a la animosa afición de la universidad de Kentucky, que se tendrá que conformar con  haber cerrado el año con un 38-1 que le permite igualar el mayor número de victorias en la historia de la División I del campeonato universitario. Un consuelo menor.

"Mi preocupación es que estos chicos no se desmoronen. Han completado un año histórico. Si queréis culpar alguien, culpadme a mí", manifestó un Calipari que se quedó a las puertas de su tercera final. Unas palabras que se entienden aún mejor al conocer los pensamientos de sus jugadores. "La temporada ha sido un desperdicio", manifestó un desolado Tyler Ullis. Y si mientras en los Wildcats todo eran caras largas y desolación, en los Badgers todo era lo contrario al conseguir por segunda vez en su historia y 74 años después de la primera la clasificación para la final. Y lo hicieron sostenidos por un imperial Frank Kaminsky. El alero celebró su 22 cumpleaños logarndo 20 puntos y 11 rebotes. "Es el mejor regalo de cumpleaños de siempre", comentó.

Ahora, los de Bo Ryan se medirán en el partido por el título con la Duke de un Krzyzewski que aspira a su quinto campeonato nacional. Los Blue Devils arrasaron (81-61) a Michigan State en la primera semifinal. Jahlil Okafor (18-6), Justile Winslow (19-9) y Quinn Cook (17) fueron demasiado para los Spartans. El Coach K se queda a una solo final de igualar las diez del legendario John Wooden.