Tras encajar el miércoles ante el CSKA la cuarta derrota en el Top-16 (decimoquinta del curso entre todas las competiciones), el Madrid está abocado a un sprint final diabólico. Tendrá que ganar al menos tres de los cinco partidos que le quedan para entrar en cuartos de la Euroliga. Y será muy difícil, porque cuatro de ellos los disputará de manera consecutiva fuera de casa: Zalgiris, Barcelona, Olympiacos y Baskonia. Después acabará en el Barclaycard Center contra el Khimki, un equipo que ganó el duelo de la primera fase en la capital.

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Las cuentas son claras, para clasificarse, los de Laso tendrán que imponerse como mínimo en dos de esas cuatro salidas, suponiendo que venzan al Khimki en casa. Y tres de ellas las hará para jugársela en canchas que históricamente se le atragantan. Tiene un balance muy desfavorable en Atenas (2 victorias y 12 derrotas) y Barcelona (1 y 10). En Vitoria nunca ha jugado en competiciones europeas, pero en los últimos diez años ha perdido 13 de los 18 partidos de Liga que ha disputado allí. En el mismo periodo, el Real ha caído 16 veces en sus 22 visitas domesticas al Palau.

Mal calendario. El conjunto blanco es el que peor calendario tiene en el grupo F. Más difícil, por ejemplo, que el del Barça, que ayer perdió ante el Khimki y suma una derrota más (cinco), pero jugará tres veces en el Palau (CSKA, Madrid y Bamberg) y visitará al Baskonia y al Zalgiris. El Khimki también tiene cuatro salidas, como los de Laso, pero no seguidas, y dos son contra el Bamberg y el Zalgiris, que ya está descartado. Con ocho victorias, el Madrid, cuarto en la clasificación, entraría en los playoffs­, aunque también podría hacerlo con menos si Barça­, Bamberg y Olympiacos, por detrás en la tabla, no pasan de seis o siete triunfos. Pero no es fácil que ocurra.