¡Hasta los jugadores de los Cavs se quejan del precio de las entradas!

Los Warriors han llenado el Oracle Arena en los últimos 175 partidos de Regular Season y son, desde luego, una de las sensaciones del deporte mundial a lomos de Stephen Curry. Eso ha generado una enorme demanda: todo el mundo quiere pasar por el vetusto Oracle Arena y ver jugar al equipo de los récords. Ya durante la Regular Season se calculaban incrementos de hasta un 300% en las entradas en mercado secundario (una versión legal y mucho mejor articulada que la tradicional reventa europea) desde la llegada de Steve Kerr: la media de las localidades se ha ido a 244 dólares por los 73 de hace apenas tres años.

Con los playoffs, ha llegado una locura definitiva que no gusta a la vieja guardia de aficionados de la humilde Oakland, que han visto como su lugar en el pabellón ha ido siendo ocupando por una nueva ola de seguidores llegados desde San Francisco al calor de la actual fama del equipo. El incremento de los precios ha sido tan grande que hasta los jugadores de los Cavaliers han protestado y han rechazado comprar las entradas que los Warriors les ofrecían y que suelen utilizar después acompañantes: parejas, amigos, compromisos… A los de Ohio no les gustaba ni la localización (a buena altura pero en las esquinas del pabellón) ni desde luego el precio: 1.300 dólares por entrada, más del doble que la pasada temporada para los dos primeros partidos de la Final.

Al menos, la plantilla de los Cavs podría haberse consolado pensando que los abonados de los Warriors tienen que pagar más (1.600 dólares) por las mismas localidades. Estos (season ticket holders) tienen acceso a los partidos de Regular Season pero tienen que pagar para playoffs, donde sí tienen preferencia a la hora de adquirir unas localidades que se les están poniendo imposibles y que acaban en el citado mercado secundario: hablan indignados de un ascenso, con respecto a los playoffs 2015, de hasta un 55% en la final del Oeste ante los Thunder y de más de un 150% en la pelea por el anillo contra LeBron y sus Cavs.

Una entrada en uno de los palcos de lujo del pabellón ha ido costando en playoffs 675 dólares (primera ronda), 925 (segunda), 1.275 (final de Conferencia) y 3.000 dólares (Finales). De cara a la temporada 2016-17, costará 660 dólares en cada noche de Regular Season y más de 28.000 para quien quiera hacerse con un abono en esa zona privilegiada para toda la temporada. En asientos normales pero todavía en zonas bajas y de muy buena visibilidad, las entradas han pasado de 185 dólares en primera ronda a 1.000 en la Final. Para el próximo año se espera que cuesten unos 165 por partido y más de 7.000 por abono. Para el séptimo y decisivo partido ante los Thunder, por ejemplo, una entrada en la zona más alta del Oracle costaba más (404 dólares) que una casi en primera fila para el inicio en Pittsburgh de la Stanley Cup, la Final de la NHL (hockey sobre hielo): 374 dólares.

A tal punto llegó la escalada en los precios que poco antes del inicio del primer partido había entradas a la venta, algo realmente inhabitual, y por precios ya casi de saldo: para filas intermedias del pabellón se podían conseguir por poco más de 400 dólares entradas que 24 horas antes costaban más de 700. Las butacas que están justo detrás del banquillo de los Cavs pasaron de costar más de 5.000 dólares a poco más de 2.500 cuando las puertas del pabellón ya se habían abierto.

Para los Warriors, desde luego, el negocio es redondo. Solo en el séptimo partido ante los Thunder, los beneficios se fueron por encima de los seis millones de dólares entre entradas, restauración y merchandising. Y una vez en la Final, se calcula que la franquicia ganará en estos playoffs más de 75 millones solo por la explotación de sus partidos como local, una cifra en bruto y a la que luego hay que descontar una parte que corresponde por convenio a la Liga.