El draft de la NBA es una lotería para las franquicias. ¿Será realmente bueno o una verdadera decepción el escogido? Aunque siempre hay casos muy claros. Jugadores únicos e irrepetibles como LeBron James. Como Shaquille O'Neal. Como Tim Duncan. Por el contrario, hay algunos misteriosos y otros, que sencillamente, pasan desapercibidos. Ese último caso es el de Draymond Green. El ala-pívot de Golden State Warriors es uno de los mejores hombres de la Liga estadounidense, pero en 2012, el año de su elección, era un desconocido para la mayoría de los equipos. Así, cayó a la segunda ronda, al puesto 35. Incluso él, en un sentimiento de revancha, puede recitar todos los jugadores que fueron seleccionados por delante.

Su historia, y la de la NBA, habría sido diferente si Dan Gilbert, propietario de Cleveland Cavaliers, hubiera hecho caso a su "instinto" como confiesa a Ramona Shelburne (ESPN) en un reportaje sobre la ida y venida de LeBron James y su relación con él. En 2012, los Cavs poseían cuatros rondas del draft, dos en la primera y dos en la segunda. Dion Waiters y Jared Cunningham fueron escogidos primero y después Bernard James y Jae Crowder. El último, actual jugador de Boston Celtics, fue elegido como número 34, uno antes que Green. 

Antes de que los Cavaliers comenzaran la segunda ronda del draft, Gilbert recibió la llamada de Tom Izzo, entrenador de Michigan State la universidad de Green. "Tienes que llevarte a mi chico", recuerda que le dijo el técnico del ala-pívot: "Es el verdadero negocio". Pero no hizo caso. "Aún me despierto, en medio de la noche, con sudores fríos por no llevárnoslo", subraya el máximo dirigente de la franquicia de Cleveland.