El Madrid-Efes era el último partido de la última jornada de la fase regular. Pero según avanzaban las horas su trascendencia se diluyó como un azucarillo en café hirviendo. El duelo pasó así de poder emparejar al Fenerbahçe con el CSKA a aspirar más tarde a decidir la octava plaza y, finalmente, a no servir para nada. Un entrenamiento con público sin ningún premio más allá de los 40.000 euros por victoria (serán 70.000 en el playoff).

Antes del salto inicial el Madrid ya sabía que le esperaba el Darussafaka y al Efes (sexto), el Olympiacos (tercero). A los de Laso les costó entrar en acción. Sin rebote y sin tiro: llegaron a firmar 1 de 7 de tres. La entrada de Draper (minuto 12) vivificó a su equipo. También un par de tapones de Ayón. Cinco puntos seguidos del base americano y un triple de Carroll aceleraron la marcha. Poco después salió Nocioni tras anunciar su adiós el pasado lunes. El Palacio en pie; aplausos. El Real ya mandaba: 35-33 y 60-55 en el tercer cuarto.

Laso y Perasovic rotaban con alegría. Minutos para el rapado Thompkins y para Draper (16 puntos y 4 de 5 desde el perímetro) y mucho descanso para Llull. Había alardes individuales dentro de un guion menos encorsetado, intención de agradar pero escasa tensión competitiva. El Madrid, recordemos, tiene el domingo un partido clave ante el Baskonia: puede pasar de luchar por el liderato a ser incluso sexto. La ACB se ha puesto seria.

Y mientras la mente se adelantaba en el tiempo, en el presente aún había jornada de Euroliga. Cuarto periodo y el Efes recuperaba el mando: 64-67... Momento Carroll. Cinco triples uno detrás de otro, en cascada sin fin en apenas 3:11. Y uno más de Draper y de nuevo Carroll para su séptima diana de tres de la noche (de ocho intentadas y 29 puntos), la sexta del cuarto y la novena del equipo (de once; 15 de 30 en total).

Nadie lamentó haber pagado la entrada. El Madrid también gana y entusiasma cuando no vale. Era primero seguro, pero acabó además líder en solitario: 23 victorias, una más que el CSKA, y 7 derrotas. Mejor casi imposible.