SAN ANTONIO SPURS

Fisher, Nowitzki, Allen, Paul... el corazón roto de los Spurs

Estos Spurs podrían haber ganado más de cinco anillos de no ser por un puñado de derrotas increíbles: del triple de Ray Allen a la canasta de Fisher a falta de 4 décimas.

0
Fisher, Nowitzki, Allen, Paul... el corazón roto de los Spurs

Tim Duncan, Timmy, el mejor ala-pívot de la historia, ha firmado cerca de los 40 años unos playoffs de casi 18 puntos y 11 rebotes por partido. Eso son los Spurs: un milagro en movimiento que, esta vez sí, puede estar definitivamente ante la hora del adiós. Ginóbili dice que empieza a hartarse de perseguir a veinteañeros por las pistas cuando podría estar disfrutando de sus hijos. Los dos se lo van a pensar y Popovich ya ha dicho, medio en broma medio en serio, que cuando salga Duncan por la puerta, él le seguirá un minuto después. Claro que también acaba de decir que seguramente vuelva para la próxima temporada porque “no deja de ser un trabajo bien pagado”. A Pops hay que interpretarle… cuando se puede. Si acaba el histórico ciclo Popovich-Duncan-Parker-Ginóbili (una era más que un ciclo), tendremos una tonelada de victorias que recordar, de las más heroicas a las más aplastantes, de las ultra defensiva en la era de las torres gemelas (Duncan y David Robinson) a las obras de arte de extra pass y tiroteo exterior de la final de 2014. Recordaremos sus cinco anillos… pero también un puñado de derrotas increíbles que evitaron que fueran algunos más. Jugadas que ya forman parte de la iconografía de la NBA: del tiro de Fisher a 0.4 del final al triple de Ray Allen, el 2+1 de Nowitzki… un panteón al que ya se ha unido, claro, la canasta de Chris Paul en el séptimo partido de la recién acabada primera ronda de 2015.

Tantos años seguidos en playoffs implica ganar mucho y perder también unas cuantas veces, claro. A veces con poca gasolina y a veces ante equipos mejores. A veces por una lesión (el menisco de Duncan en 2000, cuando defendían su primer título) a veces por evidente inferioridad (2-12 en tres series perdidas ante los Lakers en 2001, 2002 y 2008). Pero, otras muchas, por tiros imposibles o fallos imperdonables. Así es la épica y la historia del deporte. Estos fueron los más célebres antes de lo de Chris Paul:

El tiro a falta de cuatro décimas de Fisher

En 2004 se midieron en segunda ronda del Oeste los campeones de los últimos cinco años, Lakers y unos Spurs que defendían título y que habían ganado 57 partidos en Regular Season: 57-25 por el 56-26 de los Lakers de Kobe, Shaquille, Karl Malone, Gary Payton… y Derek Fisher. En el quinto partido, en San Antonio y con 2-2, una canasta increíble de Duncan ponía un aparentemente decisivo 73-72. Aparentemente: quedaban cuatro décimas y en ellas Payton sacó de banda y encontró a Derek Fisher, que adaptó la bola y la soltó desde la derecha y a unos seis metros del aro. Una canasta imposible que acabó (3-2) con unos Spurs que encajaron el 4-2 definitivo en LA: 88-76.

La maldita falta de Ginóbili a Nowitzki

En el ecuador de la pasada década los Spurs vivieron el que hubiera quedado como su mejor momento de no ser por su repunte de los tres últimos años. En el mejor tramo físico de Duncan, Parker y Ginóbili, ganaron el anillo de 2005 y parecían el mejor equipo de la temporada siguiente, 2005-06, con permiso de los Pistons a los que habían derrotado en siete partidos en la última final. Ya no estaba David Robinson pero sí Bowen y Horry. Y se había fichado a Finley y Van Exel. Ganaron 63 partidos (63-19). Después de superar a los Kings, jugaron en segunda ronda de playoffs contra los Mavericks de un Nowitzki que por entonces era todavía sólo un anotador tremendo. Esa serie cambió la reputación del alemán para siempre tras el triunfo de su equipo por un increíble 4-3 en una eliminatoria con dos partidos resueltos en la prórroga, el segundo en un histórico séptimo partido al que se llegó después de que los Spurs remontaron un 1-3 en contra. En ese duelo decisivo, Dallas tuvo 20 puntos de ventaja en el segundo cuarto pero llegó por detrás (104-101) a los últimos 25 segundos. En el último ataque, Nowitzki (37 puntos y 15 rebotes), penetró en lugar de lanzar, se fue de Bowen y recibió una falta de Ginóbili mientras anotaba: un 2+1 que nunca debió conceder el argentino y que puso el 104-104. Duncan y el propio Ginóbili fallaron in extremis y se llegó a una prórroga en la que los Mavs fueron mejores (111-119). La peor derrota para los Spurs hasta…

El triple de Ray Allen en Miami

…Hasta la final de 2013, en lo que parecía el último asalto al anillo de un equipo que luego fue campeón en 2014 con un baloncesto pluscuamperfecto y un ejercicio descomunal de fortaleza psicológica tras su inexplicable derrota en la final de 2013 ante los Heat de LeBron, Wade y Bosh. San Antonio viajó a Miami con 3-2 de ventaja y dominó el sexto partido hasta tenerlo ganado. Literalmente: 89-94 a falta de 28 segundos. Entonces LeBron falló un triple pero tuvo otro que metió porque los Spurs no cerraron el rebote. Leonard falló un tiro libre: 92-95. Y LeBron falló otro triple, el del empate… que tampoco cerraron en el rechace los de Popovich. Bosh peleó la posesión y el balón llegó a la esquina izquierda, donde Ray Allen empató el partido con uno de los triples más legendarios de la historia de las finales. Tony Parker no resolvió en el último ataque, los Spurs perdieron en la prórroga y tuvieron que jugar un séptimo partido, en el que compitieron hasta el final pero volvieron a cometer fallos dramáticos, especialmente Manu Ginóbili. Miami ganó aquel título y se las prometió muy felices pensando en el threepeat… que borraron un año después de un plumazo esos mismos Spurs que parecían abocados al fin de ciclo.

Cuando fueron los chicos malos del Oeste

También se podría citar, entre los grandes fiascos de este equipo casi perfecto,  la derrota ante los Thunder en la final del Oeste de 2012. San Antonio ventiló 4-0 sus dos primeras rondas (Jazz y Clippers) y se puso 2-0 ante Oklahoma. Un 10-0 total antes de encajar cuatro derrotas seguidas en el primer gran momento de la carrera de James Harden, que justo después se fue a Houston. Como sexto hombre, Harden fue determinante, especialmente en los tres últimos partidos y con la eliminatoria en plena revolución. En el cuarto, que puso el 2-2, Kevin Durant anotó 18 de sus 36 puntos en el último parcial. En el sexto y definitivo, los Spurs tuvieron 18 puntos de ventaja en el primer tiempo… perdieron.

Finalmente conviene recordar que este equipo, aunque ahora (tan ético y tan estético como es) casi cueste creerlo, fue en sus años duros el equipo al que jamás animaban muchos aficionados a la NBA. De tono muy defensivo, con jugadores que iban muchas veces más allá de la legalidad (Bruce Bowen a la cabeza) y un estilo con menos tiro exterior que purgas en la zona de Robinson y Duncan.

El gran público apenas pestañeaba con lo que consideraba un baloncesto demasiado siderúrgico, representado especialmente por el 4-3 a Detroit Pistons en la final de 2005. Y con lo que se percibía como el uso de registros que, en el mejor de los casos, bordeaban lo legal. No hubo metáfora mejor que sus duelos con Phoenix Suns cuando el equipo de Arizona era uno de los más vistosos de toda la historia de la NBA con Mike D’Antoni al frente: Nash, Stoudemire, Marion, Barbosa y Diaw obligaron a los Spurs a ejercer de enemigo público número 1, especialmente en una hirviente segunda ronda de 2007 (4-2 para San Antonio) que elevó aquella rivalidad a la altura de las más conflictivas de la liga. En el primer partido acabó sangrando Nash y en el tercero Ginóbili. En el cuarto, una falta brutal de Horry a Nash acabó en tangana. Le cayeron dos partidos de sanción a Horry… pero también uno a Stoudemire y Diaw por salir de la zona técnica del banquillo. Sin ellos, San Antonio inclinó la serie en el quinto encuentro en medio de una polémica salvaje y antes de dar la bienvenida a las finales a LeBron con un 4-0 ante los Cavaliers que supuso el cuarto y último anillo… hasta junio de 2014.