En el segundo cuarto, en plena escalada de los Warriors hacia lo que acabó siendo una brutal paliza en este 'Game 2' de las Finales, Harrison Barnes golpeó en la cabeza con el codo a Kevin Love en una disputa por un rebote en el aro de los Cavs. Ante la fuerza del impacto, el ala-pívot quedó tendido en el suelo durante unos cuantos segundos (permitiendo a Draymond Green conseguir un 2+1). No obstante, el ex de los Timberwolves regresó a la acción.

Parecía que el golpe había quedado en un mero lance del juego cuando ya en el tercer cuarto, Love comenzó a sentir mareos. Apenas disputados un par de minutos, el jugador se dirigió al vestuario del hoy equipo visitante para que le examinaran. Fue entonces cuando, ante la sosprecha de que pueda padecer una posible conmoción cerebal, se decidió que no jugara más en este segundo encuentro de la eliminatoria. Esto significa que hasta que no se le realicen en las próximas horas más pruebas médicas, el ala-pívot pasa a estar controlado bajo el estricto protocolo de conmociones cerebrales de la NBA. Este establece que hasta que no se demuesre al 100% que un jugador está en plenas capacidades de poder jugar, permanecerá de baja el tiempo que sea necesario. De esta forma, serán los escáners los que determinen el verdadero alcance de la lesión de Love. Hasta entonces, su participación de cara al tercer partido (03:00 hora española de la madrugada del miércoles al jueves) está puesta en entredicho.